Es muy difícil sentarse detrás de una computadora a reseñar un lugar de comida, porque todos, de alguna forma, tienen su encanto. Pero también es difícil porque sabes que detrás de una mala reseña, con el impacto que ha ganado internet, se puede crear una catástrofe para el lugar en cuestión.
Por esta razón decidí reseñar sólo los lugares que me gustan, los que tienen algo diferente que ofrecer al comensal y este 2018 lo comienzo con una breve pero sustancial reseña de “El Pan Comido”, un pequeño local en la calle de tonalá 91 en la colonia roma CDMX.
¿Cómo llegué a este lugar? Gracias a la magia de las redes sociales, en este caso fue instagram. Cada vez que aparecían en mi timeline las fotos de esta cafetería, babeaba y me prometía visitarlo tan pronto comenzara el 2018. ¡Y sí que lo hice! El sábado de Reyes me encaminé a almorzar ahí, cargada de muchísimas expectativas y bastante hambre.
Creo que un restaurante puede tener el mejor fotógrafo y el mejor social media manager, pero, el verdadero reto, es llevar la calidad virtual a la realidad, y esto fue lo que pasó con El Pan Comido, logró la magia.
Eran las once de la mañana cuando llegué y pensé en lo mucho que odiaría que la lista de espera fuera interminable (así como siempre está El Cardenal en el Centro Histórico) pero no fue así. Aunque es un local pequeño no tuvimos problema para que nos asignaran mesa en la parte de afuera.
Este un un lugar que sin pretenciones, logra imprimir un toque especial. Que las meses tuvieran sillas que no combinaban entre si y tuvieran distintos estilos, tamaños y colores como en el de Mónica Geller en la serie “Friends”, me hizo sentir cálidamente acompañada de viejos referentes. Claro que hablo desde la perspectiva de una xennial que sobrevive en tiempos de millennials. Seguro muchos ni siquiera saben de que hablo, pero apuesto que de aquí se van a googlear el comedor de Mónica Geller.
La ventaja de que no sea un lugar gentrificado es que no te sientes como en escaparate, como sucede en otros sitios de la roma.
La atención fue inmejorable desde el inicio, el mesero parecía haber nacido para estar donde estaba: Atendièndonos. Nada que ver con los comentarios que leí en Google, sobretodo cosas negativas acerca del servicio. Mi experiencia, fue la de una atención bien bonita.
Un almuerzo no basta para reseñar todos los platillos, porque también tienen menú de comidas, pero lo que yo ordené: Huevos con salsa de frijoles, en una cama de tortillas con chorizo gratinado, aguacate (mi veneno), cebolla morada y pimiento, me hicieron decir: ¡Yes I do¡ De aquí soy, me caso con ustedes.
Generalmente me hago acompañar de mi esposo e hijo para escuchar otras impresiones y dejarlas plasmadas en las reseñas.
Lo memorable para mi hijo adolescente fue el chocolate, dijo que no había probado uno más rico en su corta vida. En cuanto a sus chilaquiles, los ubicó en el top 3. Cabe mencionar que él es público difícil, 15 años, youtuber, instagramer e hijo único (o sea, un ente tiquismiquis, quisquilloso, di-fí-il que incluyó en su ranking de chilaquiles a los del Pan Comido, o sea, algo difícil de conseguir).
El que de plano nos veía y sufría era mi esposo, porque ordenó un platillo súper saludable, extra fit de huevos con champiñones, espárragos y queso de cabra, el problema es que como fue una porción pequeña, no quedó satisfecho así que, si traes mucha hambre esto no hará feliz a tu apetito feroz.
Una de las cosas que más me gustó fue que los tazoncitos de fruta, traían al menos 5 mini porciones de distintas frutas, lo que se agredece porque ya estoy un poco hasta el copete de comer siempre en los restaurantes, plátano, papaya y melón (existen más frutas en el mundo ¿eh?)
Me pareció la cantidad correcta que iba acompañada con miel y granola. Pan, café y jugo complementaron nuestra orden, que al final nos dejó una cuenta de 370 pesos y el estómago recocijado. No es un descalabro económico, creo que se gasta más en un Sanborns por comida fea y sin sabor; así que, ¡mejor apoyemos a los emprendedores que saben que la comida se hace para que sepa rica¡
No dejes de visitar El Pan Comido si estás por la roma no sólo porque es un lugar discreto y acogedor sino porque puedes ir a desayunar con la mejor atención, al mejor precio.