¿Recuerdan que estaba instalada en una sequía y que no encontraba lugares que valieran la pena para visitar en Ciudad de México? La espera terminó gracias a Galea, restaurante que lideran Rafael Zaga y Michelle Catarata ubicado en la calle de Sinaloa 67, colonia roma en Ciudad de México desde hace siete meses.
El primero, egresado del Cordon Bleu y un enamorado de la comida del mediterráneo; ella, chef repostera, traída directamente del prestigiado Marea en New York. Vaya dupla.

¿Cómo sé que vale la pena reseñar un restaurante? Cuando me hacen probar algo que sabe distinto, cuando no me siento robada y cuando la experiencia como comensal me hace sentir en casa.
Los platillos que reseñaré pueden no estar disponibles dependiendo la temporada en que leas esta entrada de mi blog, porque, a decir de Rafael, están en constante cambio, y así como el temperamento del viento que dirige a las galeas por el mediterráneo, así la época del año y la disponibilidad del producto dirigen al equipo de Zaga y Catarata para crear sus platillos.
Mi entusiasta estómago comenzó con un tartare de carne con mostaza dijon, mantequilla avellanada y alcaparras. Ligero, con acidez precisa, fue maridado con un vino italiano hecho de uva grillo. En nariz, mazanilla y carambola con membrillo. Seco en boca. Su nombre: Olli de Feuda Maccari.

Como segundo platillo es obligado probar la entrada estrella de la casa (y que los regulares no perdonan): Mil hojas de camote, o cómo mezclar lo crujiente con lo suave y pasar de lo salado a lo dulce en sinfonía perfecta. “Lo de menos es lo de más” dice Rafael cuando le pregunto como hizo para separar estos sabores y hacernos disfrutar todos, tanto de manera separada como en sinergia impecable. Este es un must en tu visita a Galea.

Tercer platillo, dos pastas. Una, que es la garganelli, me hizo degustar con paladar agradecido la armonía entre hongos, nuez de la india y ricotta salata, marídese con un pinot noir de Alsace. La segunda, spaghetti con pomodoro y albahaca. La primera pasta, compleja para quienes aman los frutos secos y sabores más sofisticados, la segunda para el tradicionalista que quiere ver en su mejor expresión a este clásico.


Y como plato fuerte degusté un sirloin con espinaca, papa y hongos con jus (reducción de jugo de carne) lo pedí término tres cuartos pero tal vez sería una mejor idea que lo pidas término medio, para que conserve más “jugosidad”. ¿Maridaje? Un montepulciano d´abruzzo 2028 “Aida”.
En el intermedio pude catar un vino muy original de vinícola Parvada, rosé hecho de caladoc y syrah. Parvada es de las pocas vinìcolas en México que están haciendo vinos rosados con esta uva proveniente de Languedoc, cruza de garnacha y malbec. ¿Qué notas puedo resaltar? Mucho fruto rojo con notas a sandía, en boca excelente acidez y taninos firmes (casi nunca percibo taninos de esta potencia en un rosé mexicano).

Sobre las carta de vinos debo decir que tiene una excelente estructura, vinos originales, que lo mismo pueden ser de México, Italia o Francia. Cualquiera será accesible por copeo (soy fan de las cartas extensas por copeo) y ninguno te defraudará.
Pasamos a los postres ¿qué sería de nosotros sin algo dulce? Claro que hay que cuidar nuestra figura y no meternos dulce a las primeras de cambio. Pero, si vas a gastar esas calorías que tienes a favor corriendo, haciendo HIIT o bien en cardio, por favor, peca con los postres hechos por Michelle Catarata quién yo diría, es el secreto mejor guardado de Galea. No seas tímido, lleva a varios amigos y que cada quién pida un postre porque ninguno decepciona.



Y si ves a Rafael, no tengas pena y habla con él, sin pose pero con gracia, te describe sus platillos y seguro te contará que la emoción que más traslada a sus propuestas culinarias es el conocimiento y la historia, “porque para que yo pudiera hacer este platillo tuve que hacer platillos para muchas otras personas y cuándo un plato es realmente bueno, es como un homenaje a todos los que te han enseñado en tu vida” me dijo antes de sentarme a confirmar, plato tras plato, que sus 15 años de navegación, habían llegado a buen puerto en Galea.