Tal vez los vinos rosados lleven en su color un estigma, que les impide ganar mercado en México. Lo rosa es lo cursi, color de cosas sutiles, en cierto modo lo rosa se asocia a cosas que si bien son bellas, no son poderosas o fuertes, y por ello el rosé es un vino que se queda con mucha frecuencia en anaqueles en México.

Yo misma, ignoré por mucho tiempo este estilo de vino, pero durante el último año he catado muchos vinos rosados, y me he quedado fascinada ante la gama de personalidades que se perciben , y que de ninguna forma podrás encontrar en un tinto. No dejo de preguntarme en que planeta vivía que jamás me dí la oportunidad de tomar, literal y figuradamente con seriedad al vino rosado.
A pesar de nuestros prejuicios, este tipo de vino poco a poco gana terreno, tan solo en 2019 se enviaron más muestras de vino rosado que ningún otro año al Concurso de Guía Peñin y las medallas que se ganan año con año en este y el Concours Mondial of Bruxelles ya se cuelgan también en los vinos de este color.
Incluso las tendencias mundiales indican que el vino rosado será cada vez más
consumido.
Pero más allá de estas consideraciones, los paladares mexicanos deben pensar con seriedad en descorchar más vinos rosados para acompañar nuestra comida, lo he dicho en repetidas ocasiones, estos tienden a maridar con un chile comodín en nuestra gastronomía: El guajillo, que se usa lo mismo para pambazos que para lomo adobado, enchiladas potosinas…la lista es larga.
Además es lo que llamo un vino iniciático, si aún no te decides qué bando tomar, quédate en medio, entre el blanco y el tinto, llevarás una sorpresa porque descubrirás que el rosé, lo mismo puede ser sutil que poderoso. Camaleónico y lleno de contrastes es el vino rosado. Algo que escuché por ahí es que no tiene la acidez de un blanco ni tampoco la intensidad de los taninos del tinto.
Y por ello, me parece que es el vino perfecto para celebrar el 14 de febrero, si bien es afortunado que ostente el color insignia de este día, es un gran pretexto para expresar y celebrar el amor en sus muchas formas, lo mismo a tu significant other que a ti mismo@, o bien a tus amigos o aquello que ames en el mundo tu perro, tu gato, tú decides. Úsalo como aperitivo, con comida, su alto poder de adaptabilidad ya no te dejará ignorarlo en anaqueles.
Aquí mis siete recomedaciones para que te inicies en el mundo del rosé mexicano:
1.-Pitaya, Casta de vinos.
El un rosé hecho de uva grenache con un salmón intenso, destellos cobrizos y alta brillantez y limpidez, aromas a rosa disecada, frambuesa, fresa, cereza. Se ha convertido en uno de mis rosados mexicano favoritos, marídese por favor con chiles en nogada. Este es el vino de la solidaridad entre amigas.

2.- Polen, Finca La Carrodilla
Hecho de syrah/grenache , Polen me conquistó por sus colores melancólicos en etiqueta (azul y rosa con dorado) y la descripción en botella: «Polen es el delicado equilibrio que se construye a partir de la fragilidad de aquello que nos rodea. Es la sutileza de un orden cósmico de sutiles aleteos». Es brillante muy limpio y color salmón con destellos cobrizos, si la descorchas de día corre a ver cuáles son los prismas que te regala la copa al sol.
En nariz, durazno, mandarina, toronja, miel. En boca se transforma en sutiles notas a frutos rojos frescos, sandía, se confirman los cítricos, una nota a curuba. Es sedoso y de acidez equilibrada, de postgusto largo. Este vino es el de la amistad y el romanticismo, su etiqueta enamora.

3.- Atempo De Cote
Hecho de merlot con tempranillo de la vinícola De Cote de su línea Atempo, lo podría describir básicamente como sorbos de seda refrescante. Para quienes quieran algo más técnico, aquí la notas de cata: En vista, salmón profundo con destellos cobrizos refulgentes. Muy limpia equilibrada, fragante, fresas con crema y notas sutiles de floripondio (una flor que mi mamá tenía en una de sus casas). Un abrazo para el paladar, acidez que te hace salivar pero no profusamente, un dulzor apenas perceptible en perfecta integración con la acidez y el alcohol que, dicho sea de paso, es muy amable a pesar de poseer 13%. Añada: 2018. Yo este lo veo como el vino entre amigos.

4 .-Stacatto, Vinicola Hasen.- Un muy buen rosado de Vinícola Hasen, hecho en Aguascalientes de uva malbec. En vista tiene un color salmón tenue, coqueto, es muy limpio y brillante (amé su color). En nariz tiene toronja y sandía. Ataque medio alto, acidez jugosa y tanino firme. En retrogusto se confirma toronja y personalmente noté algo a maracuyá. Postgusto largo
Me gustó mucho.
Update: Debo apuntar que después de un día de haber sido descorchado los aromas a rosas fueron espectaculares .

5.- Gaby, Hacienda Guadalupe.
Hecho de granche y syrah, es un vino voluptuoso, por momentos solemne y después romántico. A mí este sí que me gusta para que sea el vino para celebrar el amor entre pareja por aquello de que debe haber balance. Color rosa intenso, brillante muy limpio y en nariz presenta aromas a sandia y frutos rojos, fresa, frambuesa, cereza que se confirman en boca. Muy integrado, balace entre acidez, alcohol, azúcar y taninos. No quiero ser muy elocuente porque este vino lo hizo uno de mis enólogos favoritos y tal vez el fandom le gane a mi objetividad. Una cosa es cierta, la relación precio calidad es muy alta.

6.- Arrebol, Mogor Badán.
Hecho de grenache, este vino tiene un precioso color fiucsa, me atrevo a decir que es el más mexicano de todos porque tiene esta representación de nuestra cultura en el color, de hecho, de ahí viene el nombre, de los colores que se presentan en el atardecer. Si te gustan los vinos con frutos rojos, semiseco (un poco dulce debo decir) este es tu tipo de vino. Mogor Badán es de las Vinícolas con más trayectoria en suelo mexicano y su Chasselas es el único que se elabora en neustro país con este varietal (Chasselas).
7.- El espumoso rosé de Vinaltura demuestra que las cosas se están haciendo muy bien en Querétaro. Elaborado con método tradicional, tiene un burbuja feliz, chispeante, juguetona, es el vino de la celebración entre amigos. Yo hubiera elegido este vino hace…ejem, hace algunos años para celebrar mi graduación de la universidad. Cuando vayas al WineBar del CMB pídelo, que es uno de las grandes recomendaciones de carlos Boboa, Director del Concurs Mondial Of Bruxelles, México.

Ojalá te des la oportunidad de pedir alguna de estas joyas mexicanas. Si lo haces, nunca la olvides, porque es el primer 14 de febrero que celebraremos en confinamiento, pero no por ello con el amor menos presente.
Gracias por leer queridos trotacavas.
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