Si te han tachado de exagerad@ con los cuidados que le confieres a tus copas, si te gusta coleccionarlas, si ya estás hart@ de que tu espos@ o bien, la persona que te ayuda a la limpieza te las rompan y siempre las dejen con manchas, entonces no dejes de leer. Bienvenido al club de personas que más allá de ser profesionales del vino, somos fanáticos de la limpieza y de beber el vino en una copa con prístina apariencia.

Si, ya sé que en Italia se toman los vinos en vasito y aue la copa no es esenciañ en muchos lugares, sin embargo, también es una realidad que la Coca sabe mejor en botella de vidrio (guácala con la lata), el café de olla en jarrito de barro y la cerveza en tarro escarchado. Si mejoras el recipiente, mejoras la experiencia.
Y como no todos tenemos en casa la nave espacial con la que cuentan en el Winebar del Concours Mondial of Bruxelles en Ciudad de México, única en su tipo en nuestro país para lavado de copas (y de la que puedes leer en esta otra entrada en mi blog aquí ) te dejo tres métodos para que tú mism@ cuides de tus copas. Por cierto, gracias por ser parte de esos más de 6 millones de personas que googlearon “como lavar copas de vino” porque gracias a ello, podemos conocernos aquí y darte la bienvenida.
Si mejoras el recipiente, mejoras la experiencia.
El primer método que te recomiendo, es el mío y es de lógica básica (creo) pero los otros dos los obtuve de un grupo de whatsapp en donde profesionales del vino y trotavacas junior y senior, convergen para promover sus eventos en México e intercambiar tips y hacks en torno a diversos temas. (Si quieres ser parte de él déjame tu correo en comentarios)
Primer método: Jabón líquido quita grasa con esponja (así no rayas las copas)
Este creo que es el más común en restaurantes y cocinas de cualquier winelover, todos tenemos a la mano jabón líquido para trastes y esa esponjita doble, por una lado fibra verde por el otro lado esponja amarilla. El problema que le veo es que después de lavar sí deja residuos y aroma a jabón, así que luego de enjuagar la copa, es necesario blanquearla con agua caliente. Dejas escurrir en un trapo limpio, seco, lavado con jabón neutro y pasada una media hora, trapeas, de preferencia con un trapo de granite o microfibra.

Segundo método: Vinagre con bicarbonato.
Yo no soy fan del vinagre, de hecho, odio su olor, sin embargo, como artilugio casero con propiedades desinfectantes, de control de bacterias y hongos, ha sido demostrado ampliamente de forma empírica, y combinado con el bicarbonato que es un conocido aniquilador de olores, se logra un beneficio adicional, la copa recibe una suerte de exfoliación para eliminar las antiestéticas manchas de agua.
Procedimiento: Un chorrito de vinagre blanco o de manzana con una cucharadita cafetera de bicarbonato, dejas la mezcla hasta que termine de efervescer, giras la copa varias veces para que se impregnen bien las paredes, tiras el líquido y pasas la esponja hasta eliminar manchas de vino y lipstick (las más complicadas), luego enjuagas con agua caliente. Para mayor rapidez yo meto un vaso de agua al microondas minuto y 20 segundos, con ese nivel de temperatura se eliminan residuos y no terminas quemad@ (sí, yo ya me quemé con agua hervida en horno de microondas y no se lo deseo a nadie, pero bueno, esa agua estuvo calentándose durante 6 minutos, así que, créeme, conozco los tiempos seguros para calentar agua en microondas para que no termines llorando en el consultorio del dermatólogo).
Tercer método: Vinagre con chorrito de cloro y sal de grano
Cuando me pasaron este tip, honestamente me quedé muy escéptica, no me parecía que la mezcla prometiera buenos resultados, sobre todo por el cloro que es muy penetrante, pero me comentaron que parte del éxito radicaba en el agua caliente, que como habrán podido leer queridos trotacavas, es el común denominador en todas las técnicas.
El proceso: Haces la mezcla de agua caliente (aproximadamente medio litro) le pones un chorrito de vinagre (blanco o de manzana) y unas gotas de cloro en gel (curiosamente este huele menos que el cloro líquido) y le agregas 3 cucharadas soperas de sal de grano. Vacías esta mezcla en la copa y la regresas al recipiente donde la tenías, al menos unas cinco veces (sí, como si estuvieras enfriando un atole con el método de la abuelita). Luego tiras todo el contenido de la copa, tallas bien con la esponja, enjugas con agua del grifo, secas con microporo o granite y…¡la magia ocurre! No sólo quedan muy limpias y sin aromas, sino que también se eliminan las manchas de agua.
Trapos y telas apropiados:
-El lito que es el paño de servicio que usan los meseros y sommeliers
-El granite es también una tela muy usada para limpieza y que no deja pelusas.
–Microfibra, sirve la que venden en supermercados es más barata que la Riedel, porque la primera cuesta 36 pesos y los paños de pulido microfibra de Riedel cuestan casi 300 pesos. Debo reconocer que la de supermercado sí deja un poquito de pelusa, pero no por ello es menos útil.
Cosas que no me sirvieron:
-El vapor del agua caliente con vinagre no funcionó, queda con aroma y sucia.
-Leí lo de la pasta de dientes y lo hice, pero el mentol dejó un aroma difícil de quitar.
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