Imagínese el amable winelover esta combinación en un vino: Artesanal, de la mata de los vinos mexicanos increíbles, (léase Valle de Guadalupe) y con etiqueta mística de poderoso diseño y colores elegantes. Para culminar, dueño de un nombre estratégicamente pensado para despertar tu curiosidad y quieras descubrir si en realidad es mágico: Magia tinta.

Lo he descorchado en un arranque, necesitada de hacer este miércoles algo especial (y relajarme de tantas emociones de media semana) porque tengo nuevas propuestas , entre ellas una trasatlántica para llevar el marketing digital de un marketplace español.
Primer sorbo…exhalo aliviada porque me supo a gloria, no como el último vino horrible español que me tomé y del cuál no diré el nombre.
Retrogusto dulce y seco. Una peculiaridad es que efectivamente sabe a capulín. El sabor característico del cedro fresco presente.
Un bonito ensamble de cabernet, merlot, petite sirah y carignan 2014 de Vinos Maga. Vale la pena recordar que yo sólo soy una periodista con una vocación frustrada de sommelier y en romance eterno con el vino, pero aún así, me atrevo a decir que maridarlo con un corte tomahawk o un pastel de chocolate le vendría bastante bien.
En la app Vivino tiene 4.1 estrellas de 5, así que…Estamos hablando de un vino superior que sólo cuesta 320 pesos y que en tan sólo un abracadabra te cambia el semblante y te hace recordar por qué los vinos mexicanos se están colocando entre los mejores. Por tanto, es hora de correr por él.
En sus catas, listos…¡salud¡