Pagua, explosión de sabor y vegetación

Cuando me invitaron hace una semana a la inauguración del restaurante Pagua, comida de campo, no sabía que era la apuesta de Grupo Crystal por un nuevo giro: El restaurantero. Fue curioso este detalle porque mi anillo de compromiso es justamente de esta casa joyera, y, en cierto modo, sentí que el círculo se había cerrado porque a pesar de que tengo dos años comprometida, aún no me he casado, y en Pagua descubrí el lugar perfecto para llevat a cabo en un par de meses, una recepción pequeña, al aire libre, acogedora, vanguardista y rodeada de vegetación.

Caña
Corte de caña con costra de café con brotes de chícharo y papas cambray

Encontrar este tipo de lugares en la Ciudad de México, es complicado, y es que Pagua es como tener un pedacito de Cuernavaca incrustado en el sur de nuestra caótica urbe. Al interior de Plaza Cuicuilco, este restaurante parece una pequeña isla en medio del mar: su entrada es independiente y está rodeado de áreas verdes. Cuando uno cruza el umbral de la recepción, un golpe de relajación se apodera de todos los sentidos.

La oferta gastronómica es sutil, sabores mexicanos muy representativos se entremezclan dando como resultado apuestas seguras del Chef.

Una de las combinaciones que me atrapó, fue sin duda la entrada, que consistió en plátano macho relleno de frijoles con queso de rancho, cebolla encurtida, crema y cilantro.  Este platillo, que sólo dura 2 o 3  bocados, generó perfecta sinergia con el coctel que se sirvió : Mezcal espadín con miel y un splash de agua quina, acompañado de piña caramelizada con cardamomo y sal de jamaica.

Amush
Plátano macho relleno de frijoles con cebolla encurtida, crema y queso de rancho

 

Platillos típicos como la sopa de frijol muestran un toque  original cuando dentro descubres elementos acentuando su sabor, como  la cola de cerdo confitada. En el plato fuerte disfruté de un corte de caña con costra de café. No conocía el corte por tanto pedí que me recomendaran un término: “Medio” fue la respuesta del mesero, sin embargo, mi platillo llegó en tres cuartos de cocimiento y esto demeritó el sabor del que es el platillo distintivo de la casa.

Y como no soy muy fanática de los postres, tal vez por esto me parecieron demasiado empalagosos, sin embargo, su presentación es de todo menos ordinaria, porque me remitieron de  inmediato a un capítulo de la serie Chef´s Table.

POstre
Postre Selva Negra

 

Todo este agasajo estuvo amenizado con música en vivo, (sólo se disfruta en fin de semana) ya que al fondo del jardín, un quinteto, bastante versátil debo decir, interpretaba lo mismo canciones de Emmanuel que de Joan Sebastian. Estoy segura que para la mayoría de los comensales esta fue una experiencia reveladora, sobre todo si se considera que el rango de edades de los comensales estaba en la casilla de los milennialls.

Jardín
Música en vivo

Creo que la relación costo beneficio que siempre busco en los lugares que visito es aceptable. Este es el lugar ideal para que celebres una acontecimiento romántico, porque en el personal del restaurante encuentras a los cómplices perfectos para montar un escenario de ensueño para pedir la mano de tu novia, bajo el árbol enorme del jardín lleno de luces blancas en una noche de verano.

También es ideal para almorzar con toda tu familia, porque el restaurante dispone de ludoteca, lo que ayuda a distraer a los pequeños mientras los demás platican con una buena taza de café en la mano.

Como siempre, te dejo la carta abajo para que te enteres de precio y platillos. Vale la pena cruzar la CDMX si estás en el norte como hice yo, para darte una zambullida de oxígeno, vegetación y buena comida en Pagua.

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